
Os dejamos un pequeño cuento pero muy valioso y útil en caso de divorcio con hijos, muchas veces, por no decir siempre, las situaciones de separación cuando hay hijos, es dura, y transmitir a los niños normalidad también. Si os encontráis en esta tesitura, de no saber cómo contar a vuestros hijos la nueva situación familiar os servirá de gran utilidad.
LA JIRAFA Y EL OSO POLAR
Érase una vez una jirafa muy alta que vivÃa en la sabana africana. Cada dÃa, recorrÃa kilómetros de tierra seca bajo el ardiente sol para encontrar brotes de hojas en lo más alto de los árboles. Le encantaban las siestas calentitas a la sombra.
En el ártico, vivÃa un precioso oso polar, experto nadador y pescador, que disfrutaba jugando con los pingüinos y deslizándose por el hielo.
Un dÃa, tanto Jirafa como Oso, recibieron la invitación anual  a la fiesta de los animales. Ésta se iba a celebrar en los bosques que se encuentran entre el polo norte y la sabana. Ambos, estaban muy emocionados por conocer todo tipo de animales.
Durante la fiesta, Jirafa no pudo apartar los ojos del hermoso pelaje de Oso y Oso no podÃa dejar de admirar el larguÃsimo cuello de Jirafa.
Enseguida se enamoraron y Oso pudo descubrir que Jirafa tenÃa un sentido del humor muy gracioso y hacÃa bromas mejor que nadie. Jirafa se enteró de que Oso era sensible y amable y siempre intentaba ayudar a los demás.
Se querÃan tanto que deseaban poder vivir juntos asà que Jirafa se mudó al Polo Norte y comenzó a vivir con Oso. Como Oso era muy bueno y atento, Jirafa se sentÃa muy querida y los primeros meses fueron muy divertidos.
Pero en el Polo Norte … ¡hace TANTO frÃo!  Jirafa se pasaba todo el dÃa con catarro y echaba de menos a su familia. Sus patas no estaban preparadas para la nieve y a menudo acababa enterrada. Últimamente, incluso estaba perdiendo su buen humor.
Oso estaba triste por ver a Jirafa pasarlo mal asà que después de hablarlo mucho, decidieron irse a vivir a la sabana.
Jirafa empezó a mejorar pero en la sabana… ¡hace TANTO calor! Oso no paraba de sudar y se le estaba cayendo el pelo. Echaba mucho de menos las carreras con los pingüinos y ya no era tan amable como antes, se pasaba el dÃa enfadado.
Lo que Jirafa necesitaba para poder vivir feliz, no le hacÃa bien a Oso y lo que Oso necesitaba para poder vivir feliz, no le hacÃa bien a Jirafa.
Oso y Jirafa se querÃan mucho pero no podÃan ser felices si el otro estaba triste…
Oso se volvió a su casa en el ártico y Jirafa se quedó en su casa en la sabana.
Un tiempo después, Oso habÃa recuperado su pelaje y su amabilidad y Jirafa tenÃa de nuevo un divertido sentido del humor. Era difÃcil estar separados pero sabÃan que a veces, cada uno tiene que seguir su propia vida y respetar lo que el otro necesita para ser feliz.
Y colorÃn colorado…
¡Y siempre quedará la fiesta anual de los animales!
SEP
2019