
Partiendo de que el absentismo es un fenómeno complejo en el que intervienen diferentes circunstancias personales, familiares, sociales, culturales y económicas, se define como la reiterada ausencia no justificada de un niño, niña o adolescente en edad escolar obligatoria (6 – 16 años) al centro educativo.
Se puede diferenciar tres clases de absentismo:
- Absentismo elevado (ausencia superior al 50%)
- Absentismo medio (ausencia ente un 25% y un 50%)
- Absentismo bajo (por debajo del 25%)
Las causas que llevan a este tipo de mal hábito pueden estar motivadas por varios factores relacionados tanto con el ámbito personal, como familiar y/o social. Cuando nos encontramos ante causas de ámbito personal, por motivos de rebeldía o desinterés, son causas posiblemente solucionables con intervención psicológica o pedagógica. Sin embargo cuando las causas se deben a factores familiares, cuyos progenitores no dan importancia a la educación, familias desestructuradas, permisivas, autoritarias, etc.; y/o sociales, como vivir en situación de pobreza, marginación, precariedad, con falta de referentes educativos, etc. como suele ser en la mayoría de los casos, la solución es más compleja y difícil de abordar.
Por eso, hacer frente a esta problemática es determinante para evitar problemas que a corto y largo plazo pueden afectar a la calidad de vida de estos niños, niñas y adolescentes, cuya repercusión puede llevar a complicadas situaciones de inadaptación, paro, delincuencia y marginación.
Desde el Programa Dual se trabajan en coordinación diversos casos de absentismo, ante los cuales se quiere destacar algunas claves para prevenirlo:
- Identificar lo antes posible dificultades para el aprendizaje, trastornos del desarrollo y comportamiento para actuar en consecuencia y poner soluciones, evitando que se lleguen a agravar o cronificar.
- Fomentar la motivación por el aprendizaje y el estudio en todas las etapas de la vida y especialmente en las iniciales ya que si niños y niñas atrasan la adquisición de habilidades fundamentales necesarias como puede ser la lectura, no podrán avanzar hacia trabajos más complicados.
- Seguimiento individualizado y continuo de aquellos niños, niñas y adolescentes que presenten mayor riesgo de absentismo escolar.
- Implicar a padres y madres en el desarrollo educativo de los hijos e hijas, ofreciéndoles herramientas adecuadas para ello.
- Hacer evaluaciones periódicas encaminadas a la prevención y resolución del absentismo escolar, para detectar lo que va bien y lo que va mal, y actuar en consecuencia.
- Trabajo en red entre familia, colegio y servicios sociales para una intervención integral con cada alumno o alumna que presente posibles indicios de absentismo.
JUN
2019